Si la UNESCO puso sus ojos sobre este pequeño rincón de Sudamérica, las señales de que hay que visitarlo son claras. Su patrimonio arquitectónico y cultural es un imperdible al que vale la pena dedicarle unas vacaciones.

Uno de los lugares donde se respira la verdadera magia del sur de Chile es la isla de Chiloé. Entre palafitos, iglesias patrimoniales, mercados, sabores y mucho más, existen infinitas opciones para recorrer sus distintos atractivos.

Para conocer la isla grande de pies a cabeza, lo mejor es dedicarle al menos dos -o incluso tres- semanas, pues más allá de sus grandes ciudades, los pequeños pueblos y localidades repartidos de costa a costa son realmente los que guardan la esencia chilota.

En ComeTo queremos que todos tengan la posibilidad de visitar los más hermosos paisajes de Chiloé y por eso seleccionamos los tours y excursiones por los sitios que ningún viajero que se precie de tal debería perderse durante unas vacaciones por la isla.

¿Qué ver en Chiloé?

Cruzando el canal de Chacao, Ancud es la primera gran ciudad de Chiloé que recibe a los viajeros. Vale la pena darse el tiempo para recorrerla y descubrir los lugares que han marcado la historia de la isla grande, como el Fuerte de San Antonio, el Museo Azul, el mirador del cerro Huaihuén y algunas de las iglesias que la UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad.

Un poco más al sur de Ancud, el pueblo de Chepu se ubica a orillas del río del mismo nombre, e invita a navegar rumbo al Pacífico para conocer el misterioso bosque que se hundió tras el terremoto de Valdivia. Al llegar al mar, el hermoso muelle de La Luz es el escenario ideal para sentarse a descansar y admirar el paisaje.

Por su parte, Castro se ha convertido en la principal ciudad de Chiloé, con muchísimos hoteles y sitios para visitar. No hay que dejar de realizar el city tour, para conocer las clásicas postales de la ciudad, como los palafitos de Pedro Montt, las Iglesias de San Francisco y de Nercón, el Mercado Municipal y la Feria Artesanal, donde se pueden adquirir los más lindos recuerdos.

A la hora de comer, bien sabe Castro cómo hacer felices a sus comensales. En los alrededores de la catedral es posible escoger entre decenas de opciones para todos los gustos, desde auténticas picadas hasta opciones vanguardistas donde resaltan los sabores chilotes con toques gourmet. ¿Acaso alguien podría resistirse a un curanto o un milcao recién hecho?

El city tour por Castro también se puede combinar con una visita a Dalcahue, con sus astilleros artesanales, su iglesia y su mercado artesanal, perfecto para hacer algunas compras. A su vez, otra opción es combinarlo con Chonchi, conocida como “la ciudad de los tres pisos” por estar diseñada en diferentes niveles de altura. 

Con un poco más de tiempo, saliendo desde Castro vale la pena hacer el recorrido por Dalcahue, Achao y Curaco de Vélez para visitar su patrimonio religioso, cultural y agrícola. Así también, se puede realizar una excursión a la isla Lemuy, donde se alzan tres de las iglesias patrimoniales de Chiloé, conformando la denominada “ruta de la devoción”. 

Viajando hacia el mar interior de la isla, ese que la separa del resto del continente, existen tres localidades que no dejan de llamar la atención de los viajeros. Se trata de San Juan, Tenaún y Aucar, más famosamente conocida como la “isla de las Almas Navegantes”, a la que se accede por una larga pasarela de madera. Este circuito invita a llenarse del patrimonio arquitectónico de Chiloé y a sorprenderse con su riqueza agrícola.

Las tradiciones de la cocina chilota han sido plasmadas en diversos tours gastronómicos por Chiloé. No podía faltar el clásico curanto al hoyo, un plato de mariscos, papas, milcaos y chapaleles preparado en un hoyo en la tierra, en el que los viajeros también pueden participar. También existe la posibilidad de conocer el lado gourmet de la isla, en una experiencia completa desde la compra de los ingredientes hasta la preparación de platos tradicionales.

La naturaleza se vive en la excursión por el Parque Nacional Chiloé, para recorrer sus senderos y maravillarse con la belleza de los lagos Huillico y Cucaco. Asimismo, es posible conocer el famoso Muelle de las Almas, una de las postales contemporáneas más típicas de Chiloé, donde el muelle curvo de madera se adentra en los acantilados rocosos del Pacífico.