Llegarás hasta el mar, para sentir su grandeza, las olas que revientan en la arena, la diversidad de aves marinas y los coloridos botes llenos de historias de los pescadores del lugar.
Aventúrate, ya que no sólo harás una caminata, también navegarás por el río Maullín, santuario de aves migratorias que se desplazan entre el río, los humedales, el mar y la arena. El agua es un elemento vital para los ecosistemas en el Sur de Chile y advertirás su presencia a cada instante.
Prepárate, porque el almuerzo es en una casa 100% sureña, con anfitriones locales que atienden con mucha amabilidad a sus comensales. El menú es de sabores tradicionales, de gastronomía local, todo preparado en casa, con la mayoría de los ingredientes naturales y producidos en el mismo sector.
¡Escápate y vive está caminata distinta y auténticamente sureña!
Enmarcado a la orilla noroeste del Rio Maullin, nos encontramos en sus riveras y en un inhóspito rincón, refugio de una comunidad llamada Quenuir. Las costumbres que siguen intactas en un patrimonio intangible resguardo que se ha podido ir traspasando de generación en generación, de gente de tierra con sangre de mar.
En este trekking costero por las riberas del poblado y Río Quenuir, te invito a una interacción cultural, donde veremos la Escuela Rural, “Hilda Hunquén”, la plaza, el muelle donde estacionan las lanchas, que trabajan en el piure y locos (cuando se levanta la veda), recorreremos río abajo, y si tenemos suerte y la “marea está baja”, podremos observar diferentes tipos de aves migratorias, quienes nos visitan en temporada de otoño invierno; flamencos, zarapitos, cisnes, perritos, entro otros, serán los que nos acompañarán en todo nuestro recorrido en la aventura, de lograr llegar donde se aposentaba el antiguo Quenuir Perdido o como le llamamos actualmente; Quenuir Bajo”.
Nos trasladaremos en bote, recorreremos las costas con vista hacia la península de amortajado, Chiloé, visitaremos una laguna rica en especies de aves, para después, devolvernos en un recorrido en bote de una duración de 20, min aprox., para después, refugiarnos detrás del cálido ambiente de una cocina de campo, para almorzar “a lo quenuirano”.
Una excursión distinta que invita al compartir, disfrutar, conocer y preservar